jueves, 5 de abril de 2018

El pene torcido de La Peyronie






Jacint Rigau 
(Hyacinthe Rigaud) 

Retrato de François Gigot 
de La Peyronie


Óleo sobre lienzo 144 x 114 cm
Sala del Consejo. Facultad de Medicina. Montpellier




François Gigot de La Peyronie (1678-1747) fue un famoso cirujano francés, fundador de la Academia de Cirugía. Natural de Montpellier, recibió su primera formación en Medicina y Cirugía en la reputada Universidad de su ciudad natal, obteniendo su título a los 19 años. 

Pronto su prestigio llegó a oídos del rey y Luis XIV ordenó su traslado a la corte como primer demostrador de anatomía en el Jardín del Rey, en el que realizaba disecciones de diversos animales para la ilustración de la corte.  Más tarde ocupó el cargo de primer cirujano real (1719). Era por tanto quien se ocupaba de las frecuentes sangrías a las que se sometía el monarca, servicio por el que se le concedió un título aristocrático (1721). 


Grabado representando a
François Gigot de la Peyronie
El favor que le dispensaba la corona le permitió realizar su proyecto: dar a la profesión médica un verdadero valor científico. Con permiso real creó  las Asambleas académicas de cirugía (1731) que con el tiempo se transformarían en Sociedad académica de Cirugía (1739) bajo su presidencia. 

La Peyronie publicó diversos trabajos, e incluso intentó encontrar el lugar del cerebro en donde residía el alma (Observations sur les maladies du cerveau, par lesquelles on tâche de découvrir le véritable lieu du cerveau dans lequel l’âme exerce ses fonctions). Pero no es recordado por eso, sino por la descripción de una enfermedad especial caracterizada por un encorvamiento e induración del pene característico, la induratio penis plastica, y que desde entonces se conoce como enfermedad de La Peyronie. 

La  enfermedad de La Peyronie, es un trastorno  del tejido conectivo que afecta a la túnica albugínea del pene. Conceptualmente es una cicatriz patológica  que puede ocasionar retracción del pene en estado de reposo y curvatura durante la erección, que es dolorosa. Se trata de una enfermedad progresiva, que en estados avanzados comporta dificultades o imposibilidad de penetración e impotencia. El impacto psicológico de todo ello es importante. 

Sigue siendo un enigma explicar su etiología ya que todas las hipótesis siguen siendo inciertas. Se asocia en muchos casos con diabetes. También se ve en un 34% de los casos con induración de la palma de las manos (enfermedad de Dupuytren) o de la planta de los pies (enfermedad de Leederhose). Los objetivos del tratamiento son: aliviar el dolor, mejorar la incurvación y detener la progresión de la enfermedad. En una primera fase se emplean tratamientos médicos, como vasodilatadores, pero con una eficacia muy limitada. Hace tiempo también se usaban infiltraciones locales de cortisona, aunque eran muy dolorosas y de escaso efecto. También pueden usarse ondas de choque de baja energía. En fases avanzadas se puede plantear una intervención quirúrgica, aunque debe decirse que no existe un tratamiento eficaz para todos los casos.

En definitiva, La Peyronie describió una enfermedad que -si bien es poco frecuente- causa una gran preocupación y molestias a los que la padecen. 





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